Nuestro viaje por los espacios naturales de la provincia de Málaga nos lleva hasta el Parque Natural Sierra de las Nieves, que se encuentra en la comarca natural de la Serranía de Ronda, al suroeste de la región.
Actualmente se están realizando los trámites para su declaración como Parque Nacional por su patrimonio natural y cultural excepcional, aunque ya atesora otras figuras de protección como Reserva de la Biosfera, Zona de Especial Protección para las Aves o Zona de Especial Protección, entre otras.
Cabe destacar entre sus variados paisajes, el Pico del Torrecilla, a 1919 metros sobre el nivel del mar, uno de los más altos de la provincia (según a quién se pregunte). Aunque tampoco hay que desmerecer la morfología subterránea, con la sima GESM con 1101 metros de profundidad a la cabeza de esta intrincada red de cuevas, simas y galerías. El paisaje kárstico y la erosión provocada por importantes caudales de agua subterránea han hecho que en Sierra de las Nieves se oculte el sistema de cuevas y galerías subterráneas más complejo de Andalucía, y uno de los más importantes de Europa.
Esta especial orografía permite la práctica de multitud de actividades al aire libre, como el senderismo a través de incontables senderos de gran belleza. En la web de la Ventana del Visitante se pueden descargar fichas informativas de muchos de ellos. Las rutas a caballo y el barranquismo son otras de las actividades estrella dentro del espacio natural. Kilómetros de senderos y pistas, y profundos cañones surcan el territorio, ofreciendo un idílico lugar para desconectar.
Algunos de estos senderos nos adentran en los densos bosques de Pinsapos y Quejigos, donde la biodiversidad exuberante asombra al visitante. No es raro poder disfrutar de la compañía de cabras monteses, corzos o águilas reales, entre otras especies faunísticas.
El pinsapar es sin duda la formación vegetal más características del lugar, siendo el Pinsapo especie relicta de los abetos meridionales desaparecidos con la retirada de las glaciaciones en el cuaternario. Gracias a la peculiar climatología de ciertos lugares dentro del espacio natural, se han conservado algunos reductos aislados, convirtiéndose en endemismos, como el Monumento Natural del Pinsapo de las Escalaretas, testigo del paso de los siglos.
El hombre también ha dejado huella en este paisaje gracias a oficios ya perdidos. Los neveros, por ejemplo, construyeron pozos de nieve en la misma montaña, para almacenar la nieve del invierno y distribuirla por la provincia el resto del año. Y, es conocido que el Parque Natural Sierra de las Nieves debe su nombre a que, antaño, se cubrían sus altas cumbres de nieve y permanecían durante todo el año.
Los caleros y carboneros también usaban los recursos naturales que les proporcionaba la sierra. Mientras los primeros extraían la roca caliza y la trataban para obtener cal, los segundos transformaban la leña en carbón vegetal, bienes muy usados no hace tanto y que produjo un gran cambio en el paisaje.
Aunque no todo va a ser deporte y aire libre. El Parque Natural de la Sierra de las Nieves está rodeado de multitud de pueblos con personalidad y gastronomía propias. A destacar El Burgo y su fiesta gastronómica de la sopa de los 7 ramales, Monda y la sopa mondeña, Istán y sus tostonás de castañas o Guaro, que engalana sus calles con velas durante el Festival de la Luna Mora. Pero sin dejarnos atrás a el ingenio de Alozaina, la morisca Casarabonela, Ojén la festivalera, Ronda la bella, el arte de Tolox, Parauta la verdialera y Yunquera la guerrera.
Es mucho lo que nos dejamos atrás del Parque Natural de la Sierra de las Nieves. Pero no vamos a desvelar todos los secretos… Mejor dejar que los descubras por tí mism@.
¡Buen viaje!